Siento pena por el mundo en general y por nosotros los que viven.
Muchacha linda, dulce y tierna; primera víctima de tu especie maldita.
Por todas partes veo afán inútil, lucha vacía y dicha falsa: colorido disfraz de las riquezas.
Mentes cerradas y aviesas, sinuosas y diarias en la cabeza de las gentes.
Gente simple y efímera, quienes viven sólo un poco y mueren teniendo nada.
Gente vieja y enferma, de quienes pasó su tiempo y ahora el descanso anhelan.
Oriundo de las gentes es la intrascendencia y la vanidad, el presente, la mustia alegría de una fiesta.
Y se van sin jamás conocer alegría, la que el poderoso sin tortuosidad nos presenta.
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